jueves, 30 de julio de 2015

Salas de espera

No quiere dormir,
no quiere soñar contigo,
que después se despierta
y se caga en tus muertos,
qué culpa tendrán ellos.

¿Qué fue de tu sonrisa?
Me parece que se esfumó,
salió de su pulmón
pa devolverle la respiración.

Supo bien qué elegir,
media vuelta
y a seguir,
las salas de espera
no son buenas
para vivir.

Con tu permiso
escribió con saliva
cerca de tu ombligo
en letra cursiva.

Trepó por tus lunares
inspeccionando tus lugares,
tus rincones singulares.
Dos personalidades bipolares
que activan sus radares
por ideas similares.

Que le llamen poeta
que se ría de ellos,
que no hay mejor poema
que tu cuerpo en movimiento.

Así que harto de ser perfecto,
simpático, tonto y sincero,
nuestro caballero se encendió un peta
y decidió no volver a follar a oscuras,
quemó a todas las princesas
en una sala de espera
y se fue de putas.

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