miércoles, 23 de noviembre de 2011

Ven a mi isla

Nunca te creas mis cuentos,
desecha cualquier tipo de excusa,
si pretendo estar más lejos
es porque cerca pierdo toda mi cordura.

Vamos a bailar tú y yo
en el charco más grande del mundo,
vamos a chapotear nuestro corazón
aunque no estemos seguros.

Móntate en mi espalda,
volaremos al sitio más lejano,
quita esa puta balada
que no para de sonar en la radio.

Y no pongas esa cara
cuando te leo mis poemas,
sabes que sin ti no sería nada
que pudiera valer la pena.

Joder, que yo no soy así,
sabes que me encanta besar sin permiso,
pero hay veces que cuando no puedo escribir,
las lágrimas se rebelan y saltan al vacío.

Sabes perfectamente también y de sobra
que como sigas hablándome bajito y al oído,
sólo perseguiré tu sombra
y no pararé hasta que me encuentre conmigo mismo.

Pon tu película favorita
que yo traigo cerveza y tabaco,
si quieres te invito a mi isla,
es mi manera de pedir perdón
por besarte mientras estoy llorando.
.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Miedo a las Ideas

Que no me quedan ya hojas,
por favor, ¡necesito un cuaderno!
Una esquina iluminada por una farola
y tú corriendo en contra del viento.

Por fin se hundió el barco
que tanto a gritos lo pedía,
anoche acabamos pidiendo vasos
que estuvieran cargados de caricias.

Qué difícil es decidir volver a andar
una vez ya te has tumbado,
¿para qué vas a moverte si puedes quedarte mirando el mar
con la chica de tus sueños a tu lado?

A veces hay ideas que matan,
otras desnudan desde el suelo hasta el tejado,
deja de darle puñetazos a la almohada
y susúrrame tu llanto.

Él se desespera
y camina con la mirada hacia abajo,
quizá no hubiera encontrado la tristeza
si ella no se hubiera marchado.

Y sabe que podría coger este planeta
y partirlo en diez mil pedazos,
pero las letras son las más pesadas cadenas
para cualquier poeta enamorado.

Noto cómo las ideas se quedan,
golpean, escupen, insultan, revientan,
no es tan importante el dolor de cabeza
si mi boli consigue estamparlas contra esta libreta.

Me queman las llamas de un incendio,
gritos de socorro en la habitación,
niños llorando corren con cara de miedo,
y dentro solamente estoy yo.