miércoles, 23 de noviembre de 2011

Ven a mi isla

Nunca te creas mis cuentos,
desecha cualquier tipo de excusa,
si pretendo estar más lejos
es porque cerca pierdo toda mi cordura.

Vamos a bailar tú y yo
en el charco más grande del mundo,
vamos a chapotear nuestro corazón
aunque no estemos seguros.

Móntate en mi espalda,
volaremos al sitio más lejano,
quita esa puta balada
que no para de sonar en la radio.

Y no pongas esa cara
cuando te leo mis poemas,
sabes que sin ti no sería nada
que pudiera valer la pena.

Joder, que yo no soy así,
sabes que me encanta besar sin permiso,
pero hay veces que cuando no puedo escribir,
las lágrimas se rebelan y saltan al vacío.

Sabes perfectamente también y de sobra
que como sigas hablándome bajito y al oído,
sólo perseguiré tu sombra
y no pararé hasta que me encuentre conmigo mismo.

Pon tu película favorita
que yo traigo cerveza y tabaco,
si quieres te invito a mi isla,
es mi manera de pedir perdón
por besarte mientras estoy llorando.
.

1 comentario:

  1. Lo más curioso y atractivo cuando vas leyéndolo es que el poema tiene ritmo. No es una sucesión de imágenes arrítmica. Al interés de las citadas imágenes se une la música interna del poema. Esto no es frecuente. No sé si me arriesgo pero tengo la impresión de que no careces de oído. Un cordial saludo.

    ResponderEliminar