sábado, 23 de febrero de 2013

Princesa

No quiero seguir
buscando un rincón de mi almohada
que siga oliendo a ti,
ni ver tus pantalones de pijama
encima de mi chándal del Atleti de Madrid.

Ahora lo entiendo,
ahora entiendo esas dudas,
en tantos sitios te veo...
qué hija de puta.

Todo en esta casa pierde su sentido,
las fotos, un armario medio vacío,
la otra mitad se ha perdido,
se fue con sus cosas a otro castillo.

Me dejaste enterrado
bajo tus recuerdos,
y ahora vivo esperando
a que me atrape tu incendio.

A estas velas no les pediré ningún deseo,
no tengo nada más que perder,
ahora me fío mucho más del viento,
por ti ya dejé de correr.

Y no hace tanto tiempo
se tapaba con la misma manta,
princesa de cuento
que besa dando puñaladas.

Juro que la creía diferente,
juro que la creía única,
pero como tantas inocentes,
perdía su elegancia desnuda.

Nunca me acostumbro
a hacerlo bien,
ya no soy esclavo en el mundo
donde gobernaba tu piel.

No habrá sirena cantando en la ducha
ni espectáculos de crema en tus piernas,
no habrá más viajes a la luna
ni caricias cuando haya tormenta.

Que sepas que lo dejamos tú y yo,
no hice ningún pacto con el tiempo,
que parece que os habéis puesto de acuerdo
para que pase más lento, el cabrón..

Así que dame mas leña
que aún no se han quemado tus recuerdos,
se acabaron los "buenos días princesa"
y los desayunos en tu cuerpo.

Y no hace tanto tiempo
se tapaba con la misma manta,
otra princesa de cuento
que besa dando puñaladas.