domingo, 30 de marzo de 2014

No despierten al gigante

No despierten al gigante
o es lo último que harán,
no despierten al gigante,
os comerá para cenar.

Una gente cualquiera,
de un pueblo cualquiera,
vive acojonada
debajo de una montaña.

Resulta que arriba
vive un señor no muy majo
que desayuna costillas
de seres humanos.

Yo lo conocí,
y a veces hasta era un cachondo,
será que yo era más pequeño
que cualquiera de sus mocos.

Pero vamos a lo importante.
Era muy malo, muy malo,
solía emborracharse
y destrozar todo a su paso.

Nunca atendió a razones,
algunos valientes intentaron hablarle,
de alguna forma u otra
querían ayudarle.

Se creían que como todos los gigantes,
éste sería un flojucho romanticón,
y le cantaron, le escribieron poesías..
y hasta le bailaron un rock and roll.

Ya tuvo merienda.
Curiosas sus caras,
ya quisiera yo verlos
cantando mariconadas.

No despierten al gigante
o es lo último que harán,
no despierten al gigante
os comerá para cenar.

Estuvo un par de semanas
sin bajar a aquel pueblo,
será que el ser humano
es el bicho que da más juego.

Pero se comió todas las patas,
era su plato favorito,
y tenia que bajar
a visitar a sus amigos.

No despierten al gigante
o es lo último que harán,
no despierten al gigante,
os comerá para cenar.

Bajó a por más víveres
para su hibernación,
el pueblo se sintió títere
y planeó la revolución.

El gigante duerme durante meses,
necesita descansar,
desde junio hasta septiembre
el pueblo es inmortal.

Y durante ese tiempo
los habitantes lo planearon todo,
iba a ser yo, el pequeño,
el que acabaría con ese ogro.

"¡Estáis locos!", grité cabreado,
en el fondo era un amigo,
era cercano,
era... pues como otro extraño.

Y a principios de septiembre
tuve que ir a su cueva,
y le ofrecí a diez seres
rellenos de no se qué hierbas.

Era un justo sacrificio,
nos quitamos al alcalde y a los concejales,
nosotros seguimos vivos
y murió el gigante.

No despierten al gigante
o es lo último que harán,
no despierten al gigante,
os comerá para cenar.