domingo, 3 de julio de 2011

Verano

Estas paredes se transforman en recuerdos,
cuatro muros blancos convertidos en sueños,
pros y contras de un futuro inevitable,
y sé que no hago nada esperando a que alguien me salve.

No me digas que me quieres,
ya tan sólo abrázame...

Y si me dices que en tu almohada
ya no caben más lágrimas de olvido,
yo me arrancaré un trozo de mi alma
para poder estar contigo.

Pero es que hoy no sé qué me pasa
porque no me encuentro,
me pierdo en mi cama
y en una línea de mi cuaderno.

No sé qué hora es
y no me lamento,
no sé si ser mi ser
o convertirme en un insecto.

¿Qué hago mirando por una ventana
en medio de un desierto?
¿Qué hago vendiendo mi alma
para poder ir al cielo?

Hoy alimentaré este cuerpo
de sonrisas de niños,
de gritos en silencio...

Quizá pueda dormir tranquilo
sin decir un te quiero
y sólo siendo yo mismo,
esperando solo, sentado en mi desierto.

Qué más da que se acabe este día
o qué más da que empiece otro,
si esto es igual muera o viva,
si este poeta sigue estando igual de solo.

Hoy me revientan las relaciones
a distancia, vaya tela..
resbalé con un charco de hielo
y acabé con diez kilos de mierda.

No entiendan lo que digo
porque será mejor así,
después del quince no volveré a ser el mismo,
no podré estar solo, es decir, feliz.

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